viernes, 23 de mayo de 2014

DOLOR

 
Desde el alto risco
a la larga playa
Desde el veloz rio
hasta la verde haya.
Mi alma busca pero no halla
como el niño perdido busca a su aya.
 
Otea desde atalayas
huele los vientos;
alientos de tierra y muerto.
No descansa.
No ceja en sus intentos.
Busca y rebusca
Una cura,
a este veneno
a esta enfermedad
que la consume sin piedad.
 
¿ Cuál será la secreta poción?
que alivie de este dolor
de esta comezón,
que me oprime la garganta
y pudre el corazón.
 
Busco quien me quite este embrujo,
que me mata el alma
y me condena el cuerpo
a esta eterna pena.
 
Sólo pido que el dolor cese
y que al respirar
mi sangre no se espese,
como yeso de sepulcro.
Que mi cuerpo
surcado de llagas
vuelva a estar pulcro
y que el mármol y el roble
no sean la amenaza
de vivir sin esperanzas.
 
Un minuto, al menos
para poder descansar de esta tortura
que no deja mi pecho subir
que me obliga a vivir
tras estas rejas.
 
Inhumano tormento sufro
y no puedo librarme
ni tan sólo un momento.
 
Mi súplica a los cielos elevo
mejor muerto
que sufrir este sin vivir
esta fétida pústula,
que me roe por dentro.
Mejor el silencio
que este eterno lamento
de morir sin estar muerto.
 
 
 
 
 


 
 

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