sábado, 7 de junio de 2014

AGUA#4




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¿Víctor?, la voz sonó alta y clara en mi cabeza. ¿Víctor?. Estaba paralizado, en el sentido más literal de el termino igual que si mi cerebro fuera un conejo y aquella voz, fueran las luces de un coche a punto de atropellarme. Se me agolpaban millones de preguntas en la lengua que no podían salir

  Víctor, llevamos mucho observando a tu pueblo. Nos estamos en este planeta mucho tiempo.En este minúsculo punto azul del infinito. Para Nos fue una esperanza .Ustedes tienen algo de sobra pero que no abunda en el universo y que Nos necesita; Agua.

Pero el Hombre la está destruyendo. Nos no lo puede permitir, pero no podemos intervenir. Sería peligroso reaccionaríais con violencia, los humanos siempre respondéis con violencia a todo lo extraño y con Nos no se haría una excepción. Por esto Nos buscamos una forma para comunicarnos, un helardo que os prepare y que nos anuncie; Víctor necesitamos tu ayuda. ¿Ayudarás a Nos?, ¿ayudarás a Nos antes que sea demasiado tarde? ¿Antes de que la tierra desaparezca?.
-Yo ¿ayudar?..pero ¿quién soy yo?.No soy nadie, dije sin despegar los labios.
+ Nos sabe. Nos tiene un regalo para ti y para tu pueblo. Tú sabrás que hacer con él. Tú prepararás a tu pueblo para Nos.
- Yo un embajador extraterrestre, jajaja nadie me creerá me tomaran por un loco
+Nos sabe, por eso tu primero ganarás ese respeto con nuestro regalo
- ¿Un regalo?, ¿qué clase de regalo?.
+ Por eso Nos te llevo con Nos, ya tienes nuestro regalo. Lo tienes en ti, en tu código genético, en tu ADN.
¡Yo no tengo nada, esto sólo es una alucinación! Simplemente estoy como una regadera. Clavé mis ojos el los ojos de mi otro yo del espejo como buscando la locura en ellos. La voz desapareció.
¡Qué equivocado estaba!

Esa noche no pude dormir, ni las siguientes, de hecho no he vuelto a dormir normalmente desde entonces, por así decirlo. Todas las noches es como si muriera. .Primero el recuerdo de mi amada Elena, como siempre, desde que la conocí, penetra en el cerebro cual punzón al rojo dentro de mantequilla; derritiéndolo, licuándolo. Luego comenzaba a llorar, el dolor acumulado como un niño asustado, perdido, presa de la mayor de las angustias. Entonces es cuando la sal del llanto lo llama y siento a esa bestia de otro mundo, como ese algo me atrapaba y me empujaba adentro del mar, como me arrastra y me ahoga una y otra vez, todas las noches con los pulmones en llamas, y con aquel tentáculo frío y oscuro sobre la cara.

 La obsesión me consumía.¿Qué me habían hecho?. Empecé a empaparme toda la información que podía conseguir sobre ovnis, abducciones y cosas así. Por supuesto también me hice un estudio genético en busca de ese regalo que se suponía que se encontraba en mi ADN. Me estaba convirtiendo en un friky.

Mis padrinos no volvieron a comunicarse y yo, por si acaso, no me volví a acercar a ninguna extensión de agua mayor que una piscina en dos años. Así y todo mi manía de tomar largos y frecuentes baños no desaparecía. 

No me atreví a comentar con nadie aquellos episodios. No, aquello debía de ser un secreto, tenía miedo de arruinar mi carrera de investigador. ¿Además quién me iba a creer?

La ausencia de “voces” y el paso del tiempo, cubría con su manto de irrealidad. Así y todo, diariamente, al llegar en casa, volvía a repasar mis pruebas genéticas una y otra vez en busca de algo; algún indicio de que todo esto había sucedido, pero no acertaba a descubrir nada fuera de lo común. Hasta una mañana.


CONTINUARÁ…




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