domingo, 8 de junio de 2014

AGUA#5



 
 
 
 

...Allí estaba mi regalo, y en verdad era maravilloso.

.En ese tiempo estaba trabajando en un proyecto piloto el cual intentaba encontrar relaciones simbióticas con microorganismos que ayudaran al cuerpo humano a luchar contra enfermedades.

Una mañana durante mi rutina, accidentalmente confundí una de mis muestras con las del proyecto. .Pensé que era una de las placas de Petri donde cultivaba esas bacterias que debían ayudar a los tejidos enfermos. Varios días antes puse en contacto una de ellas con una enferma y ocurrió algo maravilloso.

De forma espontanea se había producido una reacción sorprendente.
Como en toda infección vírica, los microorganismos patógenos de la muestra enferma empezaron a utilizar las células sanas para replicar su ADN y así poder multiplicarse e iniciar su invasión. Hasta ahí todo era normal. pero muy al contrario de lo esperado los virus de la nueva generación se volvieron contra sus "padres" y los exterminaron, luego "reinfectaron" el tejido enfermo primario, creando nuevos virus que repararon los daños en el tejido contaminando de origen,

Aquello fue...fue como ver un milagro, Algo en mi material genético había reprogramado los virus convirtiéndolos en beneficiosos, los hizo cambiar de bando. Aquello era la panacea, un arma definitiva contra la infección. Mi regalo, el regalo de Nos salvaría miles, millones de vidas. Prácticamente nos habían regalado la inmortalidad.
 
Ahora tantos años después comprendo que fue el comienzo del Apocalipsis.

Pensé en salir corriendo y pregonarlo a los cuatro vientos, pero había un problema: ¿Cómo iba ha explicar aquel descubrimiento?. ¿Cómo iba a contar que unos aliens buenos habían manipulado algo en mi organismo haciendo que los virus se reprogramasen no sólo perdiendo su capacidad patógena, si no que a partir de entonces serían aliados beneficiosos?.
Repetí el experimento durante semanas en secreto  y siempre conseguí los mismos resultados. Los virus al entrar en contacto con mi ADN revertían su comportamiento, desertando de su causa.

Necesitaba alguna guía de como canalizar aquel descubrimiento tan fantástico. Intenté contactar con ellos, volví a la cala en repetidas ocasiones, me zambullí en el mar, grité llamándolos, pero nada, por más que lo intenté, no fui capaz de establecer un nuevo contacto con Nos. Reflexioné mucho y al fin decidí que tenia que descubrir por mis propios medios aquello que hacia mi ADN tan especial. Si debía consagrar mi vida a ello, lo haría. El esfuerzo lo merecía, además ellos me lo dijeron, que debía ganarme el respeto del mundo, para que mi palabra fuera escuchada, para ser embajador de Nos.

Este esfuerzo como ahora saben, me ha llevado media vida.

Nos no volvió a dar señales de vida, hasta hace unas pocas semanas. Justo el mismo día en que se me comunicó que me iban a otorgar un premio más por mis descubrimientos médicos. Justo cuando se me comunicó que el nobel de Medicina iba ser otra vez mío.



CONTINUARÁ....










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