"La aventura va guiando, mejor de lo que esperábamos a desear, porque no ves amigo Sancho Panza,dónde se descubrieron treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla t quitarles a todos las vidas ....
Mire vuestra Merced - dijo Sancho- que aquello que allí se parece, no son gigantes sino molinos de viento y lo que en ellos parecen brazos, son las aspas que volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.
Bien parece - respondió Don Quijote- que no estas cursado en esto de las aventuras, ellos son gigantes y si tienes miedo, quítate de ahí y ponte en oración en el espacio, que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla"
El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha
Porque hay etapas en la vida que son una Locura transitoria
Porque hay etapas en la vida que somos Quijotes y que realmente no son molinos sino gigantes
No
sé en que parte de esta historia
perdí el argumento primario.
No sé qué cojones me agobia.
Voy según dice el calendario.
Vuelve a llegar la primavera
y me molesta el sol.
Alma que nunca se deshiela
y se queja del calor.
Saco la cuenta de memoria,
no se me pierda algún lucero.
Mira que en silencio esa euforia.
Sale hierba y me crece el pelo.
Vuelve a llegar la primavera
y me molesta el sol.
Alma que nunca se deshiela
y se queja del calor.
Sufro locura transitoria.
Bajo a la Tierra y cruzo
la línea divisoria
que separa en esta historia
la locura y la razón.
Coño.
Un ruido del demonio.
Se mete en mi cabeza.
Se enciende dentro
un puto rayo que no cesa.
Tieso.
Yo sigo todo tieso
la misma trayectoria
y no entiendo
por qué estás cada vez más lejos.
Ahora que ya no entiendo nada
y no me funciona un hemisferio,
quiero saber si entre tus bragas
está la clave del misterio.
Y entro y rebusco en tu colada
a ver si allí estoy yo.
¡Coño! Que noche tan cerrada
hay en tu habitación.
Sufro locura transitoria.
Bajo a la Tierra y cruzo
la línea divisoria
que separa en esta historia
la locura y la razón.
Coño.
Un ruido del demonio.
Se mete en mi cabeza.
Se enciende dentro
un puto rayo que no cesa.
Tieso.
Yo sigo todo tieso
la misma trayectoria
y no entiendo
por qué estás cada vez más lejos.
Tirado en la calle en una esquina
justo iba a quedarme dormido
y vi a las astutas golondrinas
colgar de tu balcón su nido.
Y otra vez.
Una y otra vez.
Otra vez.
Una y otra vez.
Otra vez
me siento ligero.
Sin querer
me escapo del suelo.
Frente a tu ventana
y a volverme a posar.
De un trilero aprendo una canción
y a volver a empezar...
...otra vez.
Una y otra vez.
Otra vez
como un aguacero
que al caer
preguntaba al cielo.
Ya no me importa,
ya no me hace daño.
Ya no me acuerdo
si fue imaginario.
Ya no me dejo llevar.
Pero si el viento no sopla, mejor.
Estoy viendo molinos.
Ya arreglaremos cuentas.
Gigante descomunal.
Que seguro que me siento mejor
después de haber vencido.
Siempre soy yo mi guerra.
¿Qué hace esta cabra
fuera del rebaño?
Vamos a tirarla
desde el campanario.
Si por mí preguntan
diles que me he ido.
Del mundo no quiero
que llegue el sonido.
Si alguien me denuncia
di que yo no he sido.
Que el mundo hace tiempo
que estaba podrido.
Y otra vez me arranco despacito
al sentir que nada necesito.
Solo columpiarme
y aunque me duela,
vuelvo a preguntarme
a donde me llevan.
¿Qué hace esta cabra
fuera del rebaño?
Vamos a tirarla
desde el campanario.
perdí el argumento primario.
No sé qué cojones me agobia.
Voy según dice el calendario.
Vuelve a llegar la primavera
y me molesta el sol.
Alma que nunca se deshiela
y se queja del calor.
Saco la cuenta de memoria,
no se me pierda algún lucero.
Mira que en silencio esa euforia.
Sale hierba y me crece el pelo.
Vuelve a llegar la primavera
y me molesta el sol.
Alma que nunca se deshiela
y se queja del calor.
Sufro locura transitoria.
Bajo a la Tierra y cruzo
la línea divisoria
que separa en esta historia
la locura y la razón.
Coño.
Un ruido del demonio.
Se mete en mi cabeza.
Se enciende dentro
un puto rayo que no cesa.
Tieso.
Yo sigo todo tieso
la misma trayectoria
y no entiendo
por qué estás cada vez más lejos.
Ahora que ya no entiendo nada
y no me funciona un hemisferio,
quiero saber si entre tus bragas
está la clave del misterio.
Y entro y rebusco en tu colada
a ver si allí estoy yo.
¡Coño! Que noche tan cerrada
hay en tu habitación.
Sufro locura transitoria.
Bajo a la Tierra y cruzo
la línea divisoria
que separa en esta historia
la locura y la razón.
Coño.
Un ruido del demonio.
Se mete en mi cabeza.
Se enciende dentro
un puto rayo que no cesa.
Tieso.
Yo sigo todo tieso
la misma trayectoria
y no entiendo
por qué estás cada vez más lejos.
Tirado en la calle en una esquina
justo iba a quedarme dormido
y vi a las astutas golondrinas
colgar de tu balcón su nido.
Y otra vez.
Una y otra vez.
Otra vez.
Una y otra vez.
Otra vez
me siento ligero.
Sin querer
me escapo del suelo.
Frente a tu ventana
y a volverme a posar.
De un trilero aprendo una canción
y a volver a empezar...
...otra vez.
Una y otra vez.
Otra vez
como un aguacero
que al caer
preguntaba al cielo.
Ya no me importa,
ya no me hace daño.
Ya no me acuerdo
si fue imaginario.
Ya no me dejo llevar.
Pero si el viento no sopla, mejor.
Estoy viendo molinos.
Ya arreglaremos cuentas.
Gigante descomunal.
Que seguro que me siento mejor
después de haber vencido.
Siempre soy yo mi guerra.
¿Qué hace esta cabra
fuera del rebaño?
Vamos a tirarla
desde el campanario.
Si por mí preguntan
diles que me he ido.
Del mundo no quiero
que llegue el sonido.
Si alguien me denuncia
di que yo no he sido.
Que el mundo hace tiempo
que estaba podrido.
Y otra vez me arranco despacito
al sentir que nada necesito.
Solo columpiarme
y aunque me duela,
vuelvo a preguntarme
a donde me llevan.
¿Qué hace esta cabra
fuera del rebaño?
Vamos a tirarla
desde el campanario.
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