sábado, 19 de diciembre de 2015

Navidad: ninguna buena acción queda sin castigo.





El reparto y la tentación:

-6:30 de la mañana. suena el despertador de campana color verde gastado heredado de su padre, al igual que los pocos muebles que había en la casa, que como que el reloj, tambien fué heredada del padre el día que éste murió unos años atrás después de una larga enfermedad que casi los arruina, teniendo que vender casi todo lo que tenían para prolongar a fín de cuentas la agonía del viejo.
El puto viejo, que nunca le perdonó la muerte accidental del hermano una mañana de caza en la sierra. Ni después de salir de la cárcel seis años después de cumplir condena por homicidio involuntario. El fiscal aún albergaba serias dudas sobre su inocencia.
Pero lo que nadie sabía es que Ramón se alegró de quedar como el único heredero del cortijo, las cien hectáreas de terreno cultivable y de pastos y las más de mil reses que administraba su padre. Desde su celda se veía como un mayoral, conduciendo un Hammer y seduciendo jovencitas lugareñas, pero el karma suele actuar a veces de la forma más insospechada y le fué robando mes tras mes casi toda la herencia y ahora su único techo era una vivienda de setenta metros cuadrados situada en el extraradio de la ciudad y dos habitaciones donde vivía. O malvivía.

Se atusó el pelo negro aceitoso, se puso el uniforme azul de repartidor (que tanto odiaba, pero era el único trabajo que pudo encontrar; nadie quería cuentas con él. Su reputación de mal criado y ave nocturna hacía recelar a los empresarios) salió a la calle y una vez puesta en marcha la furgoneta de la empresa, condujo hasta el almacén.

-putas navidades de mierda, tengo más de cien cestas para repartir a empresas y particulares y todos se quejan de que llegan arrugadas, rotas o les falta algo. A mí qué me cuentan! demasiado hago con entregarlas. Que se jodan!

Oficinas, comercios, tiendas de barrio, particulares, empresas familiares..una lista inacabable. Tanto, que casi a mediodía llevaba sólo medio reparto y fué en ése momento, cuando la siguiente entrega le llamó poderosamente la atención.
Era una cesta sencilla, bien empaquetada. Cuando iban así, era que el contenido era delicado, especial.
Miró el destinatario y vió en el albarán que iba desglosado especificando el contenido:
-un jamón 5J
-una botella de Gran Duque de Alba gran reserva
-un sobre
Entregar al destinatario y devolver el recibí firmado a la empresa.

-creo que ya tengo jamón para estos días. Que se joda el medicucho.

Estacionó la furgoneta en el parking del centro comercial, pero antes de bajar, recordó que había cámaras de vigilancia en el perímetro y dentro de la tienda, así que aprovechando que era diciembre y hacía frío, se puso un gorro de lana azul marino que había conseguido por ahí.
-así, que me tape la frente y las orejas, a ver si hay suerte..

Se dirigió con paso ligero a la parte trasera del centro comercial, a la zona de repartidores junto al almacén. Sabía que los viernes no era día de recogida de devoluciones, pero como su compañero de reparto que llevaba esa zona le debía un favor, le envió un guasap pidiéndole cambiar las rutas el próximo lunes.
-firmo el albarán y como la copia es en carboncillo, lo borro y rectifico a lápiz, pensó mientras se acercaba a la garita donde estaba el encargado del almacén.

-Buenas tardes, jefe. me ha llamado mi compañero y me ha dicho que el lunes  tiene que ir al médico y no podrá pasar y como estamos los dos solos, me haría vd. un favor si me hiciera hoy las devoluciones.

Hubo suerte, entre todas las demarcas, había una paletilla y tres jamones que no se podían vender al no llevar la vitola plástica con el anagrama del fabricante.
Cargó todo en el espacio libre del vehículo y se marchó hasta las afueras de la ciudad, junto a una gasolinera donde había una zona de descanso para camioneros. Buscó la cesta en cuestión, la abrió cuidadosamente, sacó el 5J y lo sustituyó por el jamón más grande.
-a más peso, menos se fijará el medicucho. Pensó mientras cerraba con mimo de nuevo la cesta y emprendía ruta hasta el destinatario.

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Rutina y observación:

Como cada vez que entraba de turno, lo primero que hacía Sebas era informarse de las novedades acontecidas en turnos anteriores y revisar todas las cámaras del centro comercial: puertas de acceso, pasillos, almacenes, salidas de emergencia, perímetro y patio trasero.
Las cámaras fijas que enfocan las puertas y pasillos son analógicas, pero los domos son digitales, lo que permite una visión óptima de imágenes de hasta seis kms. de longitud en espacios abiertos si no hace viento y provoca movimientos en los brazos de sujeción de la cámara.

La rutina en el servicio de control de cámaras siempre era igual: repasos de espacios en plano general y progresivamente ir seleccionando zonas calientes, las más susceptibles de ser saboteadas o propensas a los hurtos.
Para eso, había que tener unas nociones de comportamiento humano, espresión corporal y observar las caras de las personas. En la mayoría de los casos, con los andares y los gestos de la cara se solían delatar, pero la constancia en actos delictivos, crea normalidad y resulta muy difícil saber seleccionar a una persona sólo porque mire a los lados cuando va andando entre los pasillos de la tienda.

Entre domos y cámaras suman 48 imágenes en directo repartidas entre seis monitores de 26'' conectadas a un ordenador central donde se podían grabar imágenes a tiempo real durante 72 horas seguidas.
Si no había que revisar ninguna grabación, automáticamente se borraban desde el primer segundo en adelante. El sistema no permitía más almacenamiento de datos.
Observar a la gente en horarios de máxima afluencia era casi obligatorio, la experiencia le había demostrado a Sebas que entre las multitudes se camuflan de maravilla los presuntos delincuentes, pero eso no era excusa para descuidar el exterior, por lo que alrededor de las 14:00h. seleccionó en el monitor inferior de la izquierda la cámara del patio.

A simple vista, todo transcurría con normalidad: mozos con traspaletas, otros con carros eléctricos, alguna furgoneta maniobrando entre los muelles de descarga, el encargado del almacén en su garita de la entrada hablando con un repartidor..un momento! exclamó en voz alta mientras  aumentaba el zoom hacia la garita.
-esa empresa no debería venir hoy. los del reparto directo vienen los lunes a por las devoluciones, ese uniforme azul es inconfundible.
-vaya, vaya, pero si es el amigo Ramón, el malavida, qué estará haciendo hoy por aquí y además, no es su ruta. voy a llamar a la garita a preguntarle al encargado.

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El sacrificio:

Al salir de la consulta privada del Dr. Ferranz por última vez, María se acercó lentamente hacia la mesa de recepción donde estaba la enfermera sentada apuntando horarios en el libro.
Habían pasado tres años desde la primera intervención quirúrgica y a pesar de correr el Dr. con los gastos de hospitalización, la clínica estaba a casi mil kms de distancia de la casa donde vivía María con su único hijo. Dos personas de clase media baja que tenían que trabajar a diario para comer y tres años viviendo fuera de casa sin casi no poder hacer nada excepto estar a los pies de la cama de su hijo, le llevó a pasar momentos de mucha presión, pero en situaciones desesperadas, medidas desesperadas. Se inclinó suavemente hacia la mesa y con la entonación correspondiente a una señora de 77 años, se apresuró a decir:

-Clara, necesito pedirte un favor personal y ya supongo que te voy a poner en una situación delicada, pero es vital que me ayudes,es algo espiritual, (le dijo, con una sonrisa prudente, contenida) muy especial para mí
-pues María, no sé si preocuparme, pero veamos a qué se refiere, dígame
-ya sabes el profundo respeto y devoción que siento por el Dr. Ferranz, todo lo que ha hecho desinteresadamente por salvar la vida de mi hijo, trayéndolo a su clínica de forma altruista para estudiar su problema cardiaco. tres operaciones y mi único hijo ya puede llevar una vida normal
-lo sé, María, pero el Dr. es así, observa un caso nuevo o extraño y lo estudia, dice que así puede salvar otras vidas y esta vez su hijo ha sido el afortunado. otros por desgracia no tienen esa suerte.
-no me cansaré de agradecérselo mientras viva y haría cualquier cosa que él me pidiera, pero lo que necesito es que me dé su dirección postal para enviarle un detalle. Tengo unos ahorrillos heredados, será todo para mi amado hijo y voy a invertir un poco en dejarle un recuerdo nuestro al Dr, algo muy sencillo para él, pero muy significativo para mí.
-eso no es problema María, yo sé a quien le puedo dar los datos del Dr, y con su comportamiento durante estos años ha dado Vd. muestras de sobra para apreciar su dignidad y calidad humana. Se la apunto aquí, en esta hoja, pero dígame, María si no es mucho preguntar, qué le va a regalar? me muero de curiosidad
-no es ningún secreto, hemos hablado tantas horas que creo que le conozco y sé que le gustan las cosas sencillas, tiene buen paladar y le gusta pasear por su pueblo cuando no trabaja. He visto que en su despacho personal tiene una botella de brandy vacía antigua, así que le voy a enviar una cesta de navidad certificada a través de la empresa esta de reparto directo, esos que van de azul..
-sí los conozco, son dos repartidores nada más. La idea de la cesta me parece acertada y le va a gustar porque entre sus círculos no acostumbran a hacer esas cosas. Y qué va a llevar la cesta María?
-pues la cesta va a llevar lo siguiente;
          -un jamón 5J
          -una botella de brandy Gran Duque de Alba
          -y un sobre con una carta de agradecimiento de mi puño y letra


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El desenlace.

La hora de cenar y Ramón estaba en la casa sentado en una silla de madera sin color, como cada rincón del habitáculo y de su vida en general. Sobre la mesa, la cesta abierta y junto a ella los tres objetos que portaba.
Se apresuró a poner el jamón devuelto, la botella de brandy y la carta, pero en el momento de dejarla en el fondo, algo le hizo volver a sacarla.
-voy a leerla, a ver qué moñadas dice. total, no hay nada mejor que hacer a estas horas en esta puta ciudad y no hay dinero para montar fiestas. Pensó.

Pero tenía hambre, así que limpiando un cuchillo con la parte trasera del pantalón, quitó las cortezas del jamón, cortó una finas tiras y las fué degustando despacio, saboreando cada vuelta que daban dentro de su boca y sin prisa por tragarse el bolo alimenticio. Una loncha, otra, otra..

El sobre no iba cerrado, pudiendo extraer de su interior un folio muy bien doblado y de un grosor considerable. Muestra del empeño en dejar un buen sabor de boca al remitente. Olió la hoja, la miró por las dos caras y se dispuso a leer la misiva

''Mi muy admirado Dr. Ferranz:
Fiel a su plan y siguiendo minuciosamente y con celo extremo sus indicaciones, por fín he podido completar el plan. En muy pocas horas habremos cumplido nuestro objetivo y podremos vivir tranquilos el resto de nuestros días y así poder vengar la muerte de nuestros seres queridos a manos de esa alimaña hijo malcriado de aquel terrateniente que su hijo mató a su hermano un día de caza.
El día que murieron su hijo y mi hija en la moto a manos de este engendro al provocar el accidente cuando conducía borracho, nos juramos que no descansaríamos hasta equilibrar la balanza del universo y ese día ha llegado ya''

Casi atragantándose con el último bocado del delicioso manjar, dió un respingo y se puso en pie de un salto. No podía creer lo que estaba leyendo. Se refería a él!!
Sudando, temblándole las piernas y el pulso, acercó la hoja a la triste bombilla que colgaba del techo y siguió leyendo:

''Me ha resultado relativamente fácil ir a su empresa y hacer el encargo, no sabía con exactitud como iba a impregnar el jamón con la ''cepa'' que me dió Vd en ese tubito, pero le dije al señor de la empresa de reparto directo que quería escoger yo personalmente el 5J y en una de las veces que atendió una llamada lo pude impregnar bien.
Si sus cálculos son correctos, el veneno hará efecto a los pocos minutos de su ingesta. Se inflarán sus órganos internos, sangrará por todos los orificios de su cuerpo y la misma putrefacción disolverá tanto su abominable cuerpo como esta carta y todo lo demás.
Por cierto, dice mi hijo que la canción de Alan Parsons ''Eye in the Sky'' es muy apropiada:
I am your eye in the sky
looking at you
I can read your mind...''



Feliz Navidad, a tod@s l@s ''Cajoneros'' de buena voluntad!!

Ya los que no, tambien.

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