lunes, 26 de septiembre de 2016

''let there be rock'' tatuado

Ni el origen de la Vía Láctea fue porque sí. Todo en la vida tiene un por qué.


De esos ''caprichos'' del mal llamado destino, una familia numerosa empezó a buscar su lugar en el mundo, su identificación y status social. Los niños crecieron, les dió por la música, les picó el bicho del rock'n'roll, se colgaron una guitarra para emular a Chuck Berry y descubrieron que eso de ser rebelde roqueando molaba y conocían chicas. El mayor de los hermanos se asoció con un tal Wanda, cantante, compositor y lo que hiciera falta y formaron The Easybeats. Igual no os resultan familiares a algunos. Es normal, no podemos saberlo todo, pero sí hay que destacar un hit-single, el archifamoso ''friday on my mind'', que décadas más tarde lo devolvió a la actualidad el insigne Gary Moore.


La pareja artística Wanda & Young trabajaron incansablemente durante muchos años, después de que se separaram The Easybeats. Compusieron canciones para artistas como: Grace Jones, INXS, John Paul Young o Rose Tattoo.


Eran camaleónicos, se adaptaban al estilo y las posibilidades del artista que les pidiera ayuda, pero también hacían canciones para ellos en todos los estilos de tendencia según la época.
Ya en los 70's y con la paulatina desaparición del impacto que tuvo la corriente del ''peace & love'', los nuevos jóvenes pedían música más fuerte, más crítica, descarada. algo que les ayudara a buscar su lugar, ése que busca cada generación, pero Wanda & Young no terminaban de encontrar el cantante o la banda adecuados para que plasmaran toda esa nueva ola que demandaban los chavales en la calle.


En una de tantas conversaciones mantenidas entre el dúo creativo y la discográfica, a Young le dio por comentar que sus hermanos pequeños habían montado su propia banda de rock y tenían a un cantante algo mayor que ellos, pero experimentado en otras bandas y fue roadie, etc.


''de quién nos hablas?'' debieron preguntar.
-de mis hermanos Malcolm y Angus. Tocan la guitarra mil veces mejor que yo.


Se iniciaron los contactos, hablaron, vieron a la banda tocar, empezaron a grabar y editaron su primer disco. Había nacido una de las bandas de rock más grande y una de las más relevantes de la historia de la música del siglo XX:


                                                                    AC/DC


1982


Un boinómano (yo mismo) que llevaba viviendo cinco años en la capital y cada día seguía sorprendiéndome por algo, en una de esas tardes de huir buscando no se sabe el qué, mis pasos me llevaron al refugio de mi rebeldía sin causa: la tienda de discos de mi colega Jose. No quería entrar porque llevaba menos dineros que el que se mete en la ducha, pero lo ví. Un disco de vinilo con una de las portadas que más me ha impactado. Hoy día sería una portada más, del montón, pero ni sabía lo que era, ni entendía las siglas (suponía que era algo eléctrico, intenso, fuerte) ni me parecía atractiva la portada a simple vista. Un tío melenudo medio en pelotas y otro más greñúo levantando una guitarra más grande que él y con pantalones cortos!! un chaval haciendo salvajadas en un escenario? Esto qué es, una broma? Ingenuo de mí. Animalico.


Entré, saludé al colega y le pregunté por el disco y recuerdo que Jose me miró con ese tipo de mirada paternal entre paciente, comprensivo y deseoso de darme una buena ostia también.
Escuché el disco entero, sin cortes publicitarios.
A buen volumen. En esa época no había problemas de decibelios y estas tiendas vendían muchos discos así, haciendo que los altavoces fueran los mejores comerciales del negocio.




Tengo el vinilo, lo compré dos veces: la primera vez porque me asilvestraba cuando lo ponía en casa, en fiestas, en casa de colegas, en el instituto, hasta que los surcos ya no eran tales y la carátula daba pena verla.
La segunda vez llegó en formato CD y al poco tiempo tuve la suerte de encontrarlo en vinilo y lo conservo como oro en paño. No me canso de mirarlo sobretodo, porque el paso de los años le dá otra óptica a las cosas. Grabaron el siguiente, ''highway to hell'' superior a éste en calidad de sonido y canciones, murió Bon Scott el carismático cantante y se reinventaron con el insuperable ''back in black'' pero a mí personalmente me gusta mucho más ''let there be rock''.




El inicio con ''go down'' es toda una declaración de intenciones, una excelente carta de presentación. Crudeza, energía, peligro! Aquí se respira peligro, sudor, voz negra, macarra, con un feeling cantando, sin trucos. Honestidad brutal resumiría esta colección de canciones viscerales, de las que van directas al pómulo y te hacen saltar en vez de hundirte.


''dog eat dog'' confirma la actitud primitiva de los australianos, ambientando la canción con esos redobles de tambores más propios de una tribu india y un arreglo de guitarras con ecos gaiteros.


El listado de temas es impresionante, empezando por la que dá título al disco. Fijaros si estaban seguros de sus canciones (sin olvidarnos nunca que detrás estaban los ''consejos'' de Wanda & Young) que esta canción no aparecía la primera del disco, sino la tercera. Algo que hoy es casi impensable, las discográficas van al pelotazo, algunas despreciando el trabajo entero de reunir un buen puñado de canciones.


''bad boy boogie'' es otro cañonazo de ritmo aplastante, (uno de los secretos de esta banda radicaba ahí, batería sencilla, fluída, pero contundente y un bajo con las mismas características y empastado a uña y carne con la batería) de las que hacen que quieras hacer un viaje en Harley.


Malcolm ya se había consolidado como el creador de los mejores riffs de guitarra y componía la mayoría de canciones. Le gustaba estar en segunda fila, entre los amplis y la batería. Su papel de guitarra de acompañamiento (con perdón) y hacer coros lo llevaba con maestría. De hecho, se podría decir que era el director de la orquesta.


''overdose'' me enganchó por ese desarrollo de triadas en séptimas del inicio, un típico walkin' blues, pero subido hasta el ático con el metrónomo.




Sigo pensando después de todos estos años, que Bon Scott es lo mejor que les pudo pasar en la vida a los hermanos Young. Las bandas de rock instrumentales sonarían todas iguales, pero la voz es única e irrepetible como cada ser humano y Bon les aportó ese plus que le faltaba a la banda para ser diferentes, únicos. Crear un estilo de interpretar rock'n'roll y que suene fresco, natural, directo y salvaje todo a la vez.


Son un total de ocho canciones, con una media de 4:00 minutos de duración aprox.
Para mí, su mejor disco, repito.




Bon Scott nos dejó, pero pudieron salir adelante con Brian creando con éste toda una nueva discografía, casi nada que ver con la etapa de Bon, pero deudores de él aunque sin menoscabo de Brian, faltaría más.


Puedo reconocer que Axl puede cantar algunas canciones mejor que Brian porque es más joven sobretodo. Puedo entender que por motivos contractuales la banda acabara la gira mundial que tenían contratada y las demandas son millonarias y no se puede ser tan estúpido como para hundir una empresa por eso, pero hay formas y formas.




Cliff Williams el bajista de la banda, acaba de anunciar oficialmente que abandona la nave eléctrica, que sus días con AC/DC darán a su fín cuando acaben los conciertos que tienen firmados. Angus se lo está agradeciendo públicamente al final de los shows, haciéndole ponerse en primera fila y recibir la ovación del respetable.




Angus se queda solo. El niño que llegaba vestido con el uniforme del cole al ensayo porque no le daba tiempo a cambiarse, ya ha visto todo lo visible del show y ha gozado de fama y reconocimiento a nivel global. Quedan para la historia un montón de riffs y solos que marcaron un camino, una forma primitiva, salvaje y directa de entender la escala de blues aplicada al boogie.


Espero con fé que Brian Johnson se atreva pronto a sacar un disco en solitario, igual que hará posiblemente algún día Cliff y hasta el mismo Angus igual le resulta purificador guardar las siglas de su banda y hacer otra cosa con menos presión. Más por recreo que por obligación.


Yo seguiré disfrutando de la banda, para eso tienen una discografía envidiable, aunque seguiré estudiándome la carátula del ''let there be rock'' para cuando me encuentre con Bon Scott intentar estar a la altura. Por eso lo miro tanto, me fascina por años que pasen, lo miro y parece que les oigo tocar y respirar. Realmente, me lo estoy tatuando en el alma.




Un final apoteósico, hasta caer al suelo extenuado.










Mantengo humildes mis orejas.

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