Era
como una estampida. La cancela de color burdeos se abrió y una muchedumbre
bajita salió gritando agitando entre sus manos estandartes pintados con ceras y
pintura de dedos, arrastrado mochilas y bolsas que en muchos casos sobrepasaban
en talla a sus portadores. Al otro lado los cuellos se estiraron, los ojos se
abrieron y las madres, padres, abuelos y cuidadores comenzaron a gritar nombres
y a hacer gestos como en los documentales de vida salvaje cuando las bandadas
de pájaros vuelven para alimentar a sus polluelos, solo que aquí
los
adultos eran los reclamaban la atención de las crías. Allí venia Paula
corriendo con su mochilita rosa saltando sobre sus hombros. El plumas azul a
medio abrochar por el que sobresalían los faldones de la camisa blanca. La
falda gris tableada un poco girada y los mocasines negros despuntados, que el betún
ya no podía disimular. Un calcetín mas alto que otro y la cola de caballo, que
Eva le hacia todas las mañanas, había desaparecido junto el coletero en forma
de moña. En una mano el jersey del uniforme con el emblema del colegio
arrastraba ligeramente y en la otra traía una felicitación navideña que habían
hecho en clase. Se fundió en un abrazo con su padre mientras lo cubría de
besos. Hoy era un día especial. Luis nunca iba a buscar a su hija a la salida
del colegio, su trabajo lo impedía. Mientras guiaba a Paula hasta el coche, la
niña bombardeaba a su padre con anécdotas y le explicaba su manualidad. A la
par que en su cabeza se forjaba la duda: podrían mantener el gasto que suponía
este colegio. Desechó estos pensamientos y dispuso a disfrutar de la compañía
de su hija y de su alegre parloteo. Por el rabillo del ojo algo llamó su atención.
Un hombre o dos, no estaba seguro, con pinta de matones estaban junto a un
coche negro de cristales tintados. Se volvió un poco, disimuladamente para
poder observar mejor la escena. Era cierto que el colegio de Laura era privado
y de cierto nivel, pero no como para que hubiera guardaespaldas a la salida de
clase. Sí, eran dos hombres vestidos con traje oscuro , gafas de sol y pelo muy
corto.
Uno
tenía aspecto de bulldog. Chato, ancho de torso y extremidades cortas. El otro sin
embargo recordaba a una rapaz, delgada con las facciones afiladas donde resaltaba
una nariz prominente y algo ganchuda asemejándose al pico de un ave carroñera.
Los hombres estaban en la calzada junto a la puerta trasera del mercedes de
alta gama, miraban como buscando algo o a alguien. Luis se sintió observado .Buscó
a Paula. Ahora su hija saltaba los baldosines de la acera siguiendo un patrón
de colores ,igual que en una película de aventuras cuando el protagonista
sortea un rio de lava brincando de roca en roca ,a la par que cantaba algo que
no llegaba a entender. Cara de perro golpeo la ventanilla con los nudillos. El
cristal tintado bajo unos centímetros. El espacio justo para dejar salir un
sobre blanco. Lo cogió y se lo tendió a nariz ganchuda que asintió y cruzó la
carretera hacia ellos. Luis instintivamente agarró a su hija de la mano. El
hombre del traje negro se plantó delante de ellos y le tendió el sobre
diciendo.
-
Esto es para usted.
Paula
es escondió detrás de las piernas de su padre un poco asustada. Su padre sin
saber muy bien que decir lo tomo, mientras rapaz se alejaba y se montaba en el
coche en marcha, en que ya le esperaba bulldog. El mercedes salió rodando calle
arriba lento y majestuoso. La niña preguntó; ¿quién es, ese señor, tan raro papá?
Luis
la miró y contesto con sinceridad.
-
No lo sé, cariño. No lo sé...
La
carta descansaba sobre la mesa del estudio. Era un sobre americano blanco de
estos que tienen una línea punteada de la que hay que tirar para abrir. Luis lo
contemplaba desde su silla. Había intentado abrirlo en varias ocasiones pero no
lo había hecho. Los últimos acontecimientos lo tenían desconcertado y porque no
decirlo asustado. El sobre, parecía un nuevo billete para otro viaje a lo sin sentido,
patrocinado por SS, fuera lo que fuera. Porque ese era el remitente; sin dirección.
Solo las dos consonantes grabadas como dos serpientes que reptaran por el
papel, bellas y letales. Inspiró y tiró de la pestaña. La solapa se abrió
dejando una fila de dientes de papel que amenazaba con morder a quien quisiera
fisgar en su interior .Dentro había un documento plegado y un talón bancario.
El cheque era al portador .Estaba escrito en tinta azul , con una caligrafía
exquisita, donde aparecía primero en letras y luego en números la cifra de
3.000,00€. Las manos le temblaron un poco. Dejándolo a un lado, tomo el escrito
impreso en letras negras. Leyó:
Estimado
Don Luis
Nos
alegramos de saludarle nuevamente.
Como
ha podido comprobar, no hemos faltado a nuestra palabra y hemos comenzado a cumplir
sus deseos. Esperamos que le gustaran las rosas a su esposa. Pero esto solo es
una pequeña muestra de lo que podremos hacer por usted. De hecho el talón que
acompaña a este comunicado no es más que otra manera de seguir haciéndolo. Lo,
como un anticipo y como un a cuenta de nuestras próximas relaciones. Para que
estas relaciones continúen prosperando solo vamos a pedirle un pequeño favor.
No se alarme no vamos a pedirle nada extraño o ilegal. Muy al contrario creo
que lo hará gustosamente usted y toda su familia. Nuestro pequeño favor es que
visite a un niño. Set. Un niño que nació al mismo tiempo que su hija Paula con
la diferencia que en vez de hacerlo en el seno de un hogar lo hizo en un albergue
para inmigrantes ilegales de la costa. Su madre llego estando en avanzado estado
de gestación en una patera. Por complicaciones en el parto, su progenitora falleció
y ahora se encuentra aquí, en un centro de acogida. Por eso queremos que en
estas fechas tan entrañables que se acercan vaya a visitarlo, así podrá recibir
un poco de cariño, que tanto desea y que sabemos que podrán darle de sobras.
Como ve, nuestro fin es cumplir Deseos. No se inquiete por los permisos y burocracia,
ya está todo solucionado, sólo depende de usted. Si declina la oferta solo
tiene que romper el pagare y desapareceremos de la misma forma que nos encontró.
Pero si como esperamos acepta. Será el comienzo de algo que cambiara su
vida....
Reciba
un afectuoso saludo. SS
El
resto del documento eran unos permisos y autorizaciones para poder realizar “el
favor" que le habían propuesto. Se removió en su silla y soltó los papeles
en el escritorio ocultando parcialmente el talón, pero dejando ver la cantidad que
atraía su mirada de forma hipnótica. No se lo creía. ¡3000,00€ por visitar a un
niño! Repasó mentalmente los acontecimientos recientes una y otra vez, buscando
el truco. Tenía que haberlo. Por más
vueltas que le daba al asunto siempre llegaba a la misma conclusión .Era cierto
que todo esto era muy extraño, pero ¿qué de malo podría haber? No lo encontraba.
Soluciono que tenía que contárselo a Eva, quizás ella lo viera de otra manera
con su astucia femenina. Solo había un problema. ¿Por dónde empezaba?
Continuará...
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